Sigamos verbalizando la problemática. Si tu descanso no ha sido el correcto tendrás dificultad para concentrarte y tu toma de decisiones se verá perjudicada. Tú rendimiento será menor. La probabilidad de estar irascible, irritable, (insoportable), y sentirte más estresado será mucho mayor. Tu estado de ánimo se verá mermado. Y si tu sueño es insuficiente puede aumentar tu riesgo de tener la presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes y un largo etcétera de patologías. Tu salud se verá mermada. 

Si algo está claro es que el sueño es muy importante para rendir bien, sentirnos bien y tener una mejor salud. ¿La solución?. Primero lo obvio: mejorar nuestro descanso (calidad y cantidad). Lo menos obvio. Crear rutinas diarias que favorezcan la mejora de la cualidad del descanso poniendo en marcha los elementos que generan un impacto significativo al bienestar: más movimiento, más ejercicio, mejor alimentación… como comienzo, dedícate tiempo a ti si quieres mejorar tu rendimiento y tu salud.