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El poder de la buena condición física en el entorno laboral: Más allá de la ergonomía
Mientras que la ergonomía es importante para adaptar nuestro entorno laboral a nuestras necesidades físicas, tener una buena condición física es aún más crucial. Nos proporciona una base sólida para resistir las demandas del trabajo diario, reduciendo el riesgo de lesiones y mejorando nuestra salud y bienestar en general.
Me encuentro cansado. ¿Tú?.
Yo no sé vosotros pero algún que otro día si que me encuentro así un poco en modo: apático, desganado, cansado, despistado,… (seguro que eres capaz de completar la lista con más adjetivo) y sentirse así ES NORMAL. Muy normal. Completamente normal.
Cuando entramos en este modo, nos ponemos en piloto automático. La inmensa mayoría de las veces (voy a generalizar) optamos por agachar la cabeza, esperar que nos lleguen pocos «marrones» que solucionar en el día y cruzar los dedos para tratar de sobrevivir en las mejores condiciones hasta llegar a la cama. Algo parecido a: «mañana será otro día».
¿Por qué cuento esto?. Muy sencillo. A ti, a tu entorno, a tus amigos, compañeros de trabajo, pareja, hijos y ese largo etcétera de personas con las que te cruzas cada día también le pasa. Por suerte no a todos pero si a muchos en algún momento. Tenerlo en la cabeza es importante para romper el piloto automático (esas cosas que mencionábamos en los párrafos de arriba) y poner en marcha micro acciones que ayuden a levantar el ánimo, la apatía, el cansancio, el despiste, la desgana,… a sentirnos un poquito mejor.
¿Qué hago yo?. Me obligo a obligarme. Me pongo en modo keep – stop – start. Intento caminar más para buscar ese punto de activación tan necesaria en estos días escuchando esa canción que tanto me mola. Intento comportarme como alguien que se encuentra bien: ¡un buenos días con alegría a las personas que me encuentro por la mañana!. Intento ordenarme por la mañana eligiendo tareas que se no me van a costar mucho pero es necesario sacar hacia delante. Intento centrarme en no comer comida basura, este día me preocupo por tomar más frutas y verduras. Intento sacar 20 minutos al medio día para hacer algo de ejercicio, busco mantener el punto de activación para afrontar la tarde. Es más, si puedo echar una cabezada de 10 minutos sé que eso aumentará mi energía para lo que queda de día. Intento… poner en marcha esas cosas que se me hacen bien.
Unas se quedan en el intento teórico. Otras se intentan pero… y otras sí las pongo en marcha con éxito.
Esto lo cuento porque es la realidad . A todos y todas nos puede ocurrir en algún momento y no pasa nada. Lo interesante es saber que existen muchos hábitos sencillos que podemos aprender y poner en marcha para, por un lado, mejorar esos días y, por otro, tratar que ese número de días sean los menores.
Probablemente queramos lo mismo, sentirnos bien.
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