Desde mi experiencia en el desarrollo de programas de bienestar en las empresas, he observado una tendencia demasiado creciente hacia la idea de que las organizaciones deben preocuparse por garantizar la felicidad de sus trabajadores. Nada más lejos de la realidad. Quiero ofrecer mi perspectiva sobre este tema, mi opinión personal.
Creo firmemente que enfocarse exclusivamente en hacer que las personas sean más felices en el trabajo puede ser un enfoque utópico e insulso. La felicidad es un concepto subjetivo y multifacético que no se puede controlar fácilmente, y tratar de hacerlo puede llevar a expectativas poco realistas por parte de los empleados y frustración por parte de la empresa.
Según la Real Academia Española (RAE), la felicidad se define como «estado de grata satisfacción espiritual y física». Esta definición enfatiza la satisfacción tanto a nivel emocional como físico. En el contexto laboral, podríamos decir que la felicidad se traduce en sentirse satisfecho y pleno con las actividades y responsabilidades que se realizan en el trabajo, así como con el entorno laboral en general. Es un estado en el que la persona experimenta bienestar emocional y se siente realizada en su ámbito laboral.
En lugar de perseguir un ideal inalcanzable de felicidad constante, creo que las empresas deberían centrarse en implementar programas que mejoren el rendimiento y la salud de sus empleados en el lugar de trabajo. Esto implica crear una cultura empresarial que promueva el bienestar físico, mental y emocional, así como su desarrollo personal y profesional.
Una forma efectiva de lograr esto es desarrollar programas potentes y minimalistas que se adapten a las necesidades específicas de cada organización. Esto significa ir más allá de simplemente comprar material deportivo o suscribirse a plataformas genéricas de bienestar, y en su lugar, crear soluciones personalizadas que aborden las necesidades y objetivos únicos de la organización.
Por ejemplo, en lugar de invertir en una plataforma genérica de bienestar que ofrece una amplia gama de recursos y actividades, las empresas podrían optar por construir una plataforma interna que esté diseñada específicamente para cubrir las necesidades y objetivos del programa de bienestar proyectado. Esta plataforma podría incluir herramientas personalizadas que ayuden a las personas a establecer y alcanzar metas relacionadas con su salud, bienestar y desarrollo profesional.
Es importante reconocer que no todos los planes de bienestar funcionan para todas las empresas. Cada organización tiene su propia cultura, estructura y conjunto único de desafíos y oportunidades. Por lo tanto, es fundamental que las empresas desarrollen programas que se adapten a su realidad específica y que estén diseñados para abordar las necesidades y objetivos únicos de la organización.
Creo que una estrategia efectiva para crear una cultura de bienestar empresarial es desarrollar programas que no solo aborden el bienestar físico, sino que también se centren en el desarrollo personal y profesional de las personas. Esto implica ofrecer oportunidades de aprendizaje y crecimiento que permitan a los empleados desarrollar habilidades y competencias clave que mejoren tanto su rendimiento en el trabajo como su bienestar general.
Por ejemplo, en lugar de simplemente ofrecer clases de yoga o gimnasio en el lugar de trabajo, las empresas podrían implementar programas de desarrollo de carrera laboral que incluyan oportunidades de capacitación y desarrollo profesional relacionadas con el bienestar y la productividad. Esto podría incluir cursos de liderazgo, habilidades de comunicación, gestión del tiempo y manejo del estrés, entre otros.
De esto último puede enseñar un ejemplo muy concreto que trabajo en las empresas para establecer planes de carrera en materia de productividad y bienestar laboral adaptado a objetivos muy específicos a corto, medio y largo plazo. El programa se llama Journey Bienestares. Si quieres “curiosear” dale a la imagen de abajo y curiosea 👇
Sigo.
En mi opinión, es crucial que los líderes de la organización estén comprometidos con la promoción del bienestar en el lugar de trabajo. Esto implica no solo proporcionar recursos y apoyo, sino también dar el ejemplo y liderar con el compromiso de mejorar el bienestar de todos los empleados.
Creo que las empresas deben alejarse de la búsqueda de la felicidad en el trabajo y en su lugar, centrarse en implementar programas que mejoren el rendimiento y la salud de sus empleados. Al hacerlo, no solo mejorarán el rendimiento y la productividad de sus empleados, sino que también crearán un ambiente de trabajo positivo y productivo en el que todos puedan prosperar.
Basándome en mi trayectoria profesional, he visto que cuando las empresas se centran en mejorar el bienestar de sus empleados en lugar de simplemente hacerlos más felices, los beneficios son significativos. No solo se observa un aumento en la productividad y el rendimiento laboral, sino también una mayor satisfacción y compromiso por parte de todas las personas que conforman la emprsa.
Además, cuando las organizaciones adoptan un enfoque personalizado para el bienestar en el lugar de trabajo, es más probable que las personas se sientan valorados y apoyados en su desarrollo personal y profesional. Esto puede tener un impacto positivo en la retención de talento y la reputación de la empresa en general. Algo que sabemos es tendencia actual.
Para ir terminando.
Creo que es hora de que las empresas revalúen su enfoque hacia el bienestar en el lugar de trabajo y se alejen de la búsqueda de la felicidad como objetivo principal. En su lugar, deberían centrarse en implementar programas que mejoren el rendimiento y la salud de sus empleados, creando así una cultura de bienestar empresarial más sostenible y efectiva a nivel global.
Aunque esto es sólo un punto de vista. El mío en particular. Si quieres que hablemos más sobre ello, pues hablemos.
